La piel es uno de los órganos más delicados del cuerpo, y que por tanto más cuidados requiere. Al estar expuesto a constantes agresiones externas, la cara puede sufrir un gran desgaste que provoca la aparición de manchas, arrugas y otros problemas. Para prevenir su aparición o minimizar sus efectos tenemos que recurrir a los tratamientos y el cuidado facial.
La nutrición facial juega un importante papel en este objetivo, ya que es uno de los tratamientos más eficaces para limitar los efectos del sol, el frío o el viento, al igual que para otras propias de los trabajos de interior como son el aire acondicionado o la luz artificial. Su objetivo es regenerar el colágeno y la elastina de las células faciales, para evitar la pérdida de melanina.