La úlcera varicosa constituye una de las complicaciones más frecuentes de los pacientes portadores de várices crónicas, es una lesión de la piel y tejidos localizada generalmente en el tercio inferior de las piernas, de distinto tamaño y profundidad, invalidantes, dolorosas y fácilmente contaminantes, por tal motivo, esta Institución con más de 20 años de trayectoria asistencial y docente, organiza el departamento de cicatrización de úlceras, disponiendo de los últimos adelantos para facilitar su curación.
Se recuerda que las úlceras de los miembros inferiores, frecuentemente, se pueden clasificar de acuerdo a la causa que las origina en:
• Varicosas o Venosas
• Arteriales
• Mixtas
• Traumáticas
Cada uno de estos grupos de úlcera, presentan distinta evolución, con mayor o menor complejidad en su tratamiento.
LAS ÚLCERAS VENOSAS O VARICOSAS: constituyen las más frecuentes, en general son lesiones extensas y muy dolorosas, de larga evolución, se producen como consecuencia de una enfermedad venosa o varicosa crónica.
LAS ÚLCERAS ARTERIALES: generalmente son más pequeñas y muy dolorosas, menos frecuentes que las anteriores, son consecuencia de una insuficiencia arterial, más común en fumadores crónicos y o diabéticos.
LAS ÚLCERAS MIXTAS: Son consecuencia de una enfermedad venosa y arterial asociadas, de distinta localización y tamaño, en general muy dolorosas.
LAS ÚLCERAS POST TRAUMÁTICAS: lesiones de diferentes formas y tamaño, dependiendo del traumatismo que las origina.
En general una gran mayoría de las úlceras pueden lograr su cicatrización o curación, con mayor o menor facilidad, dependiendo de su origen.
Las úlceras varicosas, más frecuentes y extensas son las que más rápidamente responden al tratamiento y cicatrizan en el más breve plazo. El procedimiento para lograr su cicatrización consiste en preparar el lecho de la úlcera hasta obtener el denominado tejido de granulación, luego del cual, se aplican sobre ese lecho granulante, tanto la piel cultivada, como los implantes de piel, procedimientos muy bien tolerados por el paciente y realizados en forma ambulatoria.
En pocas semanas, no sólo se logra la desaparición del dolor, sino también la cicatrización completa de la úlcera, permitiendo al paciente reintegrarse a sus tareas habituales.